¿Puede la Información Salvarnos o Destruirnos? Una Mirada Profunda al Poder de las Redes Humanas
Por Luis Galeano (*)
En la era digital, nos enfrentamos a una paradoja inquietante: nunca antes la humanidad había tenido acceso a tanta información, y sin embargo, nos encontramos al borde del colapso ecológico y al umbral de crear inteligencias artificiales que podrían escapar a nuestro control. Vamos a explorar las profundas preguntas planteadas por Yuval Noah Harari en su libro "Nexus", invitándonos a reflexionar sobre cómo las redes de información han moldeado nuestra historia y cómo podrían determinar nuestro futuro.
La Paradoja del Homo Sapiens: ¿Sabios o simplemente Poderosos?
Nos llamamos a nosotros mismos Homo sapiens, el humano sabio, pero ¿realmente hemos estado a la altura de ese nombre? Durante 100,000 años, nuestra especie ha acumulado un poder sin precedentes. Hemos conquistado continentes, dominado otras especies y transformado el planeta entero. Sin embargo, este mismo poder nos ha llevado al borde de nuestra propia destrucción.
La pregunta que nos plantea Harari es fundamental: si somos tan sabios, ¿por qué somos tan autodestructivos? La respuesta está en comprender que el poder humano no proviene de la sabiduría individual, sino de nuestra capacidad única para cooperar en grandes números mediante redes de información. Esta capacidad ha sido tanto nuestra mayor fortaleza como nuestra debilidad más peligrosa.
Poder Sin Precedentes
Hemos acumulado conocimiento sobre todo, desde moléculas de ADN hasta galaxias distantes.
Crisis Existencial
Nos enfrentamos al colapso ecológico y a tecnologías que podrían escapar a nuestro control.
Falta de Sabiduría
A pesar de toda nuestra información, seguimos siendo susceptibles a fantasías y delirios.
Tres Visiones del Mundo de la Información: ¿Cuál es la Verdad?
Para comprender cómo las redes de información pueden llevarnos tanto a la grandeza como a la catástrofe, debemos examinar tres perspectivas fundamentalmente diferentes sobre la naturaleza de la información. Cada una ofrece una lente distinta para entender nuestra relación con el conocimiento, el poder y la verdad.
1
La Visión Ingenua
Sostiene que la información es la materia prima de la verdad. Más información inevitablemente conduce a mayor comprensión y sabiduría. Esta visión ha sido la ideología semi-oficial de la era de internet, prometiendo que la tecnología nos liberará.
2
La Visión Populista
Argumenta que la información es simplemente un arma. Todas las instituciones que afirman buscar la verdad están mintiendo para ganar poder. El poder es la única realidad, y cada interacción humana es una lucha de poder.
3
La Visión Completa
Reconoce que las redes de información deben hacer dos cosas simultáneamente: descubrir la verdad Y crear orden. La información conecta personas y crea nuevas realidades, no solo representa las existentes.
Comprender estas tres perspectivas es crucial porque nuestra supervivencia depende de rechazar tanto el optimismo ingenuo como el cinismo populista, abrazando en cambio una comprensión más matizada de cómo funciona realmente la información.
El Secreto del Poder Humano: Historias que Conectan
¿Qué nos hace diferentes de los neandertales, de los chimpancés, de todas las demás especies? No es simplemente que seamos más inteligentes. La clave está en que hace unos 70,000 años, el Homo sapiens desarrolló la capacidad de contar y creer en historias ficticias. Esta habilidad revolucionaria nos permitió cooperar de maneras que ninguna otra especie podía imaginar.
Las historias funcionan como conectores centrales con salidas ilimitadas. Mientras que otros animales solo pueden formar lazos personales uno a uno, las historias permiten que miles de millones de personas se conecten a través de creencias compartidas. Los 1.4 mil millones de miembros de la Iglesia Católica están conectados por la Biblia; los 1.4 mil millones de ciudadanos de China están unidos por las historias del comunismo y el nacionalismo chino; los 8 mil millones de miembros de la red comercial global están vinculados por historias sobre monedas, corporaciones y marcas.
Redes Neandertales
  • Grupos pequeños de 20-60 individuos
  • Cooperación limitada entre grupos
  • Conexiones solo humano-a-humano
  • Sin capacidad para grandes proyectos
Redes Sapiens
  • Tribus de cientos o miles
  • Cooperación extensa entre grupos
  • Conexiones humano-a-historia-a-humano
  • Capaces de construir imperios y civilizaciones
Realidades Intersubjetivas: Los Dioses, Naciones y Dinero que Creamos
Las historias más poderosas no solo crean recuerdos compartidos o lazos emocionales. Las historias más revolucionarias crean un tercer nivel de realidad, más allá de lo objetivo y lo subjetivo: la realidad intersubjetiva. Estas son cosas que existen solo porque muchas personas creen en ellas y hablan sobre ellas.
El valor del dinero es el ejemplo perfecto. En 2010, alguien compró dos pizzas por 10,000 bitcoins. Para 2021, esos mismos bitcoins valían $690 millones. El valor calórico de la pizza no cambió, pero el valor financiero del bitcoin cambió dramáticamente, porque el dinero existe solo en las historias que compartimos sobre él.
Religiones
Mil millones de personas creen en dioses y espíritus que solo existen en la imaginación colectiva, pero estas creencias han construido catedrales y movido ejércitos.
Naciones
No podemos hacer pruebas objetivas para verificar si existe Israel o Palestina. Su existencia depende de si suficientes personas creen en su historia.
Leyes
Los sistemas legales no representan ninguna realidad preexistente. Crean nuevas realidades al definir qué está permitido y qué está prohibido.
Dinero
Papeles y números digitales que solo tienen valor porque todos acordamos fingir que lo tienen. Esta ficción compartida sostiene la economía global.
Estas realidades intersubjetivas son extremadamente poderosas dentro de una red de información particular, pero completamente sin sentido fuera de ella. Un multimillonario varado en una isla desierta con una maleta llena de billetes no puede usarlos para que los monos le traigan comida.
La Noble Mentira: ¿Por Qué la Ficción Supera a la Verdad?
Aquí llegamos a una verdad incómoda: contar la verdad sobre el universo rara vez es la forma más eficiente de crear orden entre grandes números de humanos. Es cierto que E=mc², y explica mucho de lo que sucede en el universo, pero saber esto no resuelve desacuerdos políticos ni inspira a las personas a hacer sacrificios por una causa común.
En cambio, lo que mantiene unidas a las redes humanas tienden a ser historias ficticias, especialmente historias sobre cosas intersubjetivas como dioses, dinero y naciones. La ficción disfruta de dos ventajas inherentes sobre la verdad cuando se trata de unir a las personas.
La Ficción Puede Ser Simple
Es difícil comprender que la nación a la que perteneces es una entidad intersubjetiva que existe solo en nuestra imaginación colectiva. Es mucho más fácil creer que tu nación es el pueblo elegido de Dios, confiado por el Creador con alguna misión especial. Esta historia simple ha sido contada repetidamente por innumerables políticos desde Israel hasta Irán y desde Estados Unidos hasta Rusia.
La Ficción Puede Ser Agradable
La verdad a menudo es dolorosa y perturbadora, y si intentamos hacerla más reconfortante y halagadora, ya no será la verdad. En contraste, la ficción es altamente maleable. La historia de cada nación contiene episodios oscuros que los ciudadanos no quieren reconocer. Un político que construye un mito nacional ignorando hechos incómodos y embelleciendo la realidad puede ganar el poder fácilmente.
Sin embargo, no debemos concluir que todos los políticos son mentirosos o que todas las historias nacionales son engaños. Existe una tercera opción entre decir la verdad y mentir: contar una historia ficticia mientras reconoces que es ficticia. La Constitución de Estados Unidos no reveló ninguna verdad preexistente sobre el mundo, pero crucialmente, tampoco fue una mentira. Sus autores reconocieron que era una ficción legal extremadamente creativa generada por seres humanos falibles.
Documentos Escritos: El Nacimiento de la Burocracia
Las historias fueron la primera tecnología de información crucial desarrollada por los humanos, pero tienen sus limitaciones. Si bien pueden inspirar y conectar, no pueden por sí solas administrar un imperio, recaudar impuestos o construir un sistema de alcantarillado. Para estas tareas esenciales pero mundanas, la humanidad necesitaba una segunda gran innovación: el documento escrito.
Mientras que nuestros cerebros están adaptados para recordar historias épicas como el Ramayana, encontramos casi imposible recordar listas largas de números, registros fiscales o inventarios. Una tablilla de arcilla cuneiforme del año 2053 a.C. registraba las entregas mensuales de ovejas y cabras al rey Shulgi de Ur: 15 ovejas el segundo día, 7 ovejas el tercero, 11 ovejas el cuarto, y así sucesivamente hasta un total de 896 animales ese mes.
Memorizar toda esta información en la mente era un desafío formidable, pero era fácil para un escriba capacitado anotarla en una tablilla de arcilla. Y crucialmente, estos documentos no solo representaban la realidad; creaban nuevas realidades. Al registrar listas de propiedades, impuestos y pagos, hicieron mucho más fácil crear sistemas administrativos, reinos, organizaciones religiosas y redes comerciales.
Los documentos escritos cambiaron fundamentalmente la naturaleza de conceptos como la propiedad. En comunidades orales, poseer un campo significaba que tus vecinos acordaban que ese campo era tuyo. En un estado alfabetizado, poseer un campo cada vez más significaba que estaba escrito en algún documento oficial. Si puedes producir el documento correcto, puedes hacer valer tu reclamo, incluso si todos tus vecinos dicen lo contrario.
El Precio de la Burocracia: Orden a Expensas de la Verdad
La burocracia literalmente significa "gobierno por escritorio". En el corazón del orden burocrático está el cajón. La burocracia busca resolver el problema de recuperación dividiendo el mundo en cajones y sabiendo qué documento va en qué cajón. Este principio permanece igual sin importar si el documento se coloca en un cajón, un estante, una canasta, un frasco, una carpeta de computadora o cualquier otro receptáculo.
Sin embargo, este principio viene con un precio. En lugar de enfocarse en comprender el mundo como es, la burocracia a menudo está ocupada imponiendo un orden nuevo y artificial en el mundo. Los burócratas comienzan inventando varios cajones, que son realidades intersubjetivas que no necesariamente corresponden a ninguna división objetiva en el mundo. Luego intentan forzar al mundo a encajar en estos cajones, y si el ajuste no es muy bueno, los burócratas empujan más fuerte.
01
Crear Categorías Artificiales
Los burócratas inventan categorías que pueden no reflejar las complejidades de la realidad.
02
Forzar el Ajuste
Cuando la realidad no encaja perfectamente, se la obliga a conformarse con las categorías existentes.
03
Perseguir Objetivos Estrechos
Los burócratas se enfocan en sus metas específicas ignorando impactos más amplios.
04
Distorsionar la Comprensión
El mundo se entiende a través del prisma de cajones burocráticos en lugar de su complejidad real.
Cualquiera que haya llenado un formulario oficial conoce esto muy bien. Cuando llenas el formulario y ninguna de las opciones listadas se ajusta a tus circunstancias, debes adaptarte al formulario, en lugar de que el formulario se adapte a ti. Reducir el desorden de la realidad a un número limitado de cajones fijos ayuda a los burócratas a mantener el orden, pero viene a expensas de la verdad.
El Dilema Perenne: Verdad Versus Orden
Después de comprender el papel clave de la ficción y la burocracia en la historia, finalmente podemos presentar un modelo más completo de las redes de información humanas. Contrario a la visión ingenua, la información no es la materia prima de la verdad, y las redes de información humana no están orientadas solo a descubrir la verdad. Pero contrario a la visión populista, la información tampoco es solo un arma.
Para sobrevivir y prosperar, cada red de información humana necesita hacer dos cosas simultáneamente: descubrir la verdad Y crear orden. Estas dos tareas son a menudo contradictorias, porque frecuentemente es más fácil mantener el orden a través de ficciones. A veces, las historias ficticias pueden reconocer su carácter ficticio, como la Constitución de Estados Unidos. Pero más a menudo, niegan su naturaleza ficticia. Las religiones, por ejemplo, siempre afirman ser una verdad objetiva y eterna en lugar de una historia ficticia inventada por humanos.
40%
Búsqueda de la Verdad
Las redes exitosas dedican recursos significativos a comprender la realidad objetiva.
60%
Mantenimiento del Orden
Pero dedican aún más energía a crear y mantener la cohesión social a través de historias compartidas.
¿Qué sucede cuando la misma información revela un hecho importante sobre el mundo y también socava la noble mentira que mantiene unida a la sociedad? En tales casos, la sociedad puede buscar preservar el orden poniendo límites a la búsqueda de la verdad. Un ejemplo obvio es la teoría de la evolución de Darwin, que mejora enormemente nuestra comprensión de los orígenes y la biología de las especies, pero también socava los mitos centrales que mantienen el orden en numerosas sociedades.
El Poder Oscuro de la Información: Cuando las Redes se Vuelven Destructivas
La historia de las redes de información humanas no es una marcha triunfal de progreso. Mientras que a lo largo de las generaciones las redes humanas se han vuelto cada vez más poderosas, no necesariamente se han vuelto cada vez más sabias. Si una red privilegia el orden sobre la verdad, puede volverse muy poderosa pero usar ese poder de manera imprudente.
La Alemania Nazi es un ejemplo aterrador. Cultivaba a muchos de los principales expertos mundiales en química, óptica, ingeniería y ciencia de cohetes. Esta destreza científica ayudó a los nazis a construir una máquina de guerra extremadamente poderosa, que luego fue desplegada al servicio de una mitología delirante y asesina. Bajo el gobierno nazi, se alentaba a los alemanes a desarrollar la ciencia de cohetes, pero no tenían libertad para cuestionar teorías racistas sobre biología e historia.
Poder Sin Sabiduría
Los nazis demostraron que una sociedad puede ser tecnológicamente avanzada y moralmente degenerada al mismo tiempo. Permitieron la búsqueda de la verdad en campos específicos que ayudaban a generar poder sin amenazar el orden social basado en mentiras peligrosas.
La Lección Crítica
Simplemente aumentar la cantidad y velocidad de la información no hace que el mundo sea un mejor lugar. Solo hace más urgente la necesidad de equilibrar verdad y orden. El poder tecnológico sin sabiduría moral puede conducir a las peores atrocidades.
Esta es una razón importante por la que la historia de las redes de información humana no es un progreso triunfal. En lugar de una marcha de progreso, la historia de las redes de información humana es caminar por la cuerda floja tratando de equilibrar verdad con orden. En el siglo XXI no somos mucho mejores para encontrar el equilibrio correcto que nuestros antepasados en la Edad de Piedra.
La Amenaza de la Inteligencia Artificial: ¿Un Nuevo Capítulo o el Final?
Ahora nos enfrentamos a un momento decisivo en la historia de las redes de información. La inteligencia artificial representa potencialmente la tecnología de información más poderosa jamás creada. Por primera vez en la historia, hemos inventado una tecnología que puede tomar decisiones y crear nuevas ideas por sí misma.
Todas las invenciones humanas anteriores empoderaron a los humanos, porque sin importar cuán poderosa fuera la nueva herramienta, las decisiones sobre su uso siempre permanecieron en nuestras manos. Los cuchillos y las bombas no deciden a quién matar. Son herramientas tontas, que carecen de la inteligencia necesaria para procesar información y tomar decisiones independientes. En contraste, la IA tiene la inteligencia requerida para procesar información por sí misma y, por lo tanto, reemplazar a los humanos en la toma de decisiones.
Tecnologías Pasivas
Herramientas como cuchillos, imprenta y radio amplifican las capacidades humanas pero no toman decisiones.
Computadoras Programadas
Siguen instrucciones humanas precisas, ejecutando algoritmos creados por programadores.
Inteligencia Artificial
Puede aprender, adaptarse y tomar decisiones de manera independiente, creando nuevas ideas sin instrucciones explícitas.
¿El Futuro?
Sistemas que podrían superar completamente la comprensión humana y tomar control de decisiones críticas para nuestra civilización.
Los expertos advierten sobre dos escenarios principales. Primero, el poder de la IA podría sobrecargar los conflictos humanos existentes, dividiéndonos contra nosotros mismos en una nueva guerra global con armas cada vez más destructivas. Segundo, la "Cortina de Silicio" podría llegar a dividir no a un grupo de humanos de otro, sino a todos los humanos de nuestros nuevos señores de la IA. Podríamos encontrarnos envueltos en una red de algoritmos incomprensibles que manejan nuestras vidas, remodelan nuestra política y cultura, e incluso rediseñan nuestros cuerpos y mentes, mientras ya no podemos comprender las fuerzas que nos controlan.
Reflexión Final: El Despertar de la Conciencia en la Era de la Información
Hemos recorrido un viaje extraordinario a través de la historia de las redes de información humanas, desde las historias contadas alrededor de fogatas en la Edad de Piedra hasta los algoritmos de inteligencia artificial que moldean nuestro presente. En cada etapa, la humanidad ha enfrentado el mismo dilema fundamental: cómo equilibrar la búsqueda de la verdad con la necesidad de mantener el orden social.
Lo que este viaje nos revela es profundamente inquietante y, al mismo tiempo, profundamente liberador. Nos muestra que muchas de las "verdades" que damos por sentadas—naciones, dinero, leyes, incluso nuestras propias identidades—son en realidad construcciones intersubjetivas, historias que contamos y creemos colectivamente. Esta comprensión no las hace menos reales o importantes, pero sí nos recuerda que tenemos el poder de cambiar estas historias cuando ya no nos sirven.
Despertar a Nuestra Verdadera Naturaleza
Reconocer que somos, ante todo, seres que crean y viven dentro de redes de información nos permite ver con claridad cómo funcionan realmente el poder y la influencia en nuestra sociedad.
Asumir Responsabilidad Colectiva
No podemos esperar que dioses, sorcerers o incluso IAs benevolentes nos salven. La responsabilidad de crear redes de información más sabias y justas recae en cada uno de nosotros.
Cultivar la Sabiduría Sobre el Poder
El desafío del siglo XXI no es simplemente crear más información o tecnologías más poderosas, sino desarrollar la sabiduría para usar ese poder de manera que sirva a toda la vida en el planeta.
Mensaje de Reflexión:
En este momento crucial de la historia humana, cada uno de nosotros debe preguntarse: ¿Qué historias estoy ayudando a perpetuar? ¿Privilegio la verdad incómoda o la ficción reconfortante? ¿Contribuyo a redes de información que empoderan a todos o que concentran el poder en pocas manos?
La IA no es inevitable que nos domine, así como las historias no están destinadas inherentemente a engañarnos. Pero ambos requieren nuestra vigilancia consciente, nuestro escepticismo saludable y nuestro compromiso inquebrantable tanto con la verdad como con la compasión. El despertar de la conciencia humana en la era de la información significa reconocer que nosotros, colectivamente, somos los autores de nuestro futuro.
No basta con tener más datos. Necesitamos más sabiduría. No basta con estar conectados. Necesitamos estar conscientes. El futuro de nuestra especie—y de todas las especies con las que compartimos este planeta—depende de nuestra capacidad para crear redes de información que equilibren el poder con la sabiduría, la tecnología con la humanidad, y el progreso con el propósito.
La pregunta no es si la información puede salvarnos o destruirnos. La pregunta es: ¿qué elegiremos hacer con ella?

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(*) Luis Galeano es Licenciado en Publicidad, con una trayectoria de más de 25 años en el ámbito de la comunicación, la creatividad publicitaria y los medios en Argentina y Paraguay. Se desempeñó como redactor creativo, director creativo general y director de contenidos en reconocidas agencias y grupos de medios, liderando equipos y desarrollando estrategias de comunicación integral para marcas, empresas e instituciones.